Es agradable llevar adelante un blog. Debéis de saberlo bien quienes tenéis plantas en casa, quienes gozáis con el cuidado de vuestra mascota o quienes tenéis un hijo. En mi caso particular, tengo macetas, mascotas (se murieron mis gatas, pero se vino a vivir mi suegra a casa), tengo un hijo y... ¡tengo blog!
¿Y qué tiene que ver una cosa con la otra, portento?, os preguntaréis con la gentileza que os caracteriza. Pues mucho.
Cuando hace hoy casi un mes y medio que inicié este blog, había dos cosas que no esperaba: ni que su número de visitas fuera al galope ni que tanta gente se interesara por la persona que lleva escritas estas 36 entradas tan dispares: yo. Intuyo que la barba, las gafas y la corbata imprimen cierto carácter, mas son accesorios supérfluos. De hecho, las gafas estaban rebajadas porque venían ya con la barba y dos gomitas para atarlas por detrás de la cabeza.
¿Pero es un blog de Humor?, me preguntan quienes leen algo que se les antoja (y con razón) cosa seria.
¿Pero es un blog Serio?, me preguntan -y me dejan anonadado- quienes leen algo que se les antoja (y con razón) cosa de risa.
Creo que el título del blog, "de mil humores", no puede dar cabida a tergiversaciones. Un día escribes buscando la risa y al siguiente escribes buscando la complicidad. Nunca saltamos de la cama con el mismo ánimo. Y nunca vemos las cosas de la misma manera. Escribir no es exactamente reflejar la realidad, eso ya lo hacen las cámaras fotográficas y las fotocopiadoras de 25 cartuchos. Escribir no puede ni debe de ser solamente eso. Quien escribe (incluso aunque escriba sobre vampiros amusgados o sobre marcianos de tres ombligos), lo hace siempre desde la realidad. Desde su propia realidad... que no deja, al fin y al cabo, de ser la Realidad de todos.
Quien escribe (y escriben muchos más de los que se dejan leer), jamás andará abocado al fracaso. Porque escribir, compensa por sí solo, sin necesidad de que nadie, enfrente nuestra, nos aplauda por ello. Escribir, conlleva implícita una gran satisfacción personal. Como la que conlleva regar una maceta, alimentar al gato y hacerle saltar por encima de una silla o ver crecer un hijo. Si encima de todo, alguien se interesa por tus flores, alguien acaricia tu gato o alguien te dice que el niño es precioso (aunque no salga a ti, ay), la satisfacción -cuando gusta o al menos te aseguran que gusta lo que escribes- es total: recibes porque has dado.
Y la mayoría de las veces, de lo que recibes vas haciendo acopios para volver a dar. Escribir, como amar u odiar, suele ser recíproco.
Escribir por escribir puede llegar a matar: no lo pienso yo, pero puede que un día no muy lejano -cuando los psicólogos vean mermados sus ingresos- puedan llegar a recetar bolígrafos o libretas con la imagen de un escritorio y un cadáver tumbado encima de un montón de cuartillas: ESCRIBIR ES PERJUDICIAL PARA LA SALUD.
Precisamente por eso. Porque si todos escribiéramos, muchas consultas de psicología cerrarían por bancarrota.
Sobre la cuestión en sí que más me soléis preguntar (¿por qué un día me haces reír y al siguiente me haces ponerme serio y reconsiderar algunas cosas...?), creo que queda explicado un poco más arriba. Porque sí. Porque a veces, en un entierro, el muerto me causa respeto pero sin embargo la comitiva me parece de lo más graciosa. O al revés. A veces, familiares y amigos del difunto me hacen parpadear para alejar una lágrima y es el muerto quien me hace toser para disimular la risa. O todo junto, si en tal brete me ponéis. A veces lloro, pero a veces me descojono. Eso sí: observo con el lápiz afilado, hago fotos con la memoria y una vez en casa, retoco con el fotochop que nos viene de serie entre las paredes del cráneo... y saco mi personal y propia imagen de la situación.
Al final, todos estuvimos en el mismo entierro, pero tú recuerdas las lágrimas del pariente más allegado y a mí me viene a la cabeza que al sacerdote se le veían los vaqueros y los botines por debajo de la sotana.
O al revés, a veces.
De mil humores -aunque prime el humor-, no deja de ser por eso un blog muy personal, como todos los blog. Cada blog revela quiénes somos. No se escapa nadie. Y mi intención, al llevarlo adelante, no es otra que la que lleva a cualquier persona a escribir: pulir el espejo, quitarle impurezas y brillos, e intentar reconocer en él a quien escribe... aunque sea en los comentarios de quienes le leen.
Y así, a lo tonto y por escribir, sois vosotros el espejo donde me miro.
Por eso, escribiendo con seriedad, acabo tomándome a broma. Como si fuera un amigo más.
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Escribir es mostrar esa parte interna que todos llevamos dentro, es la expresión mas cercana al subconsciente, una desnudez sin complejos. Es el método mas consistente de seducción .Siempre hay un Juan Tenorio detrás de un escrito.
ResponderEliminarConservar al lector es la meta final, una fusión de sentimientos avenidos, una fidelidad a una idea común, una complicidad.... Y Muchas cosas mas imagino.
Un abrazo ÑAO.
A veces los comentarios como el tuyo, dan más que pensar que el propio artículo en sí. Un abrazo.
ResponderEliminarMuchisimas gracias por comentar en mi blog, comentarios como el tuyo sacan las sonrisas y las fuerzas necesarias para seguir adelante con el proyecto de tener un blog.
ResponderEliminarEstoy muy de acuerdo con la idea de esta entrada sobre todo con que "Un día escribes buscando la risa y al siguiente escribes buscando la complicidad" tienes toda razón.
Tambien me ha gustado especialmente el texto en que dices "hago fotos con la memoria y una vez en casa, retoco con el fotochop que nos viene de serie entre las paredes del cráneo... y saco mi personal y propia imagen de la situación" supongo que porque inconscientemente hago lo mismo.
Gracias por seguir mi blog, y por supuesto cuentas con una seguidora más.
Un abrazo.
eres muy amable. Y esta pasión que nos une al escribir, es la que nos hace cómplices en la distancia. Un abrazo y gracias por venir.
EliminarMe encanta "De mil humores" y no voy a destacar nada del texto, porque me gusta todo. Y es cierto, tu blog siempre lleva un pedacito de ti y se nota para bien en este caso.Un beso Jesús
ResponderEliminarBueno, en tiempos me dediqué a la magia y a veces hago lo que se denomina "mistdirecction". Si noto que me descubro demasiado, intento despistar al público haciendo que fije la atención en otro lado... en este caso, le hago sonreír para que no vea lo que no quiero que vea, jaja.
EliminarUn beso, cielo. Me gusta verte por aquí.
Buenas ,Jesús; es cierto que tu comentario en mi blog me llamó la atención porque al parecer me leíste antes de comentar...no es lo habitual en nuevos visitantes ,como sabrás.Gracias por eso y en cuanto a lo que aquí expresas...pues a mí me gusta así,quiero decir,algunos días nos toca ser frívolos y otros profundos,al igual que suben y bajan las emociones igualito que las mareas bajo la luna.
ResponderEliminarUn abrazo,te seguiré,aunque justo ahora tengo que hacer un paróncillo.
Un placer tenerte aquí, Reyes. Hmm... bueno, será una mala costumbre que tengo, la de no dejar nunca un comentario en un blog si no he paseado antes por él. Los pocos blogs que me engachan, son blogs en los que paso un buen rato. Si me gustan lo digo y si no, a por otro. Hay miles y no debe perderse el tiempo comentando lo que no te atrae. En fin, amiga. Gracias por tu visita y que ese "paroncillo" no nos haga esperar mucho para volver a leerte.
ResponderEliminarUn abrazo, cielo.
Pues yo te animo a que sigas escribiendo que un blog es como una planta (no digo hijo porque es demasiado) cuando lo cuidas y lo ves crecer es una gran satisfacción.
ResponderEliminarllevas razón. Es una satisfacción grande... La misma, exactamente, que hace 30 años me daba escribir en las pastas de un block del colegio. Esas pastas se perdieron. Y estas líneas, cuando pasen otros tantos años, serán motitas de polvo en el universo. ¿O no?
ResponderEliminarGracias por tu visita. Sabes, de sobras, lo que gusta que nos dejen un comentario.
Un sincero abrazo.
Es cierto que a veces sólo apetece abandonarse delante del ordenador o delante de una hoja en blanco para escribir todo aquello que te venga a la cabeza. Yo lo encuentro una forma de desahogarse de algunas cosas que nos rondan por la cabeza contínuamente, y que a veces no sabemos cómo afrontarlas.
ResponderEliminarMe ha encantado esta entrada, y tu blog en general. Creo que me quedaré por aquí ;-).
Un saludo!
Eres muy amable. En verdad sí, escribir es siempre desahogarte, darle salida a ideas o sentimientos que nos cosquillean el alma y nos hacen andar inquietos hasta el momento en que damos con una hoja en blanco. Escribir es un milagro y todo lo que escribimos, de alguna manera, sea un diario o sea una ficción, lo hemos vivido.
ResponderEliminarUn saludo y gracias por venir por acá. Siéntete en tu casa.