jueves, 27 de febrero de 2014

-- Viejos amigos viejos.

Un día de hace muchos años, me dijiste: "Ya ves, tío, mañana cumplo 20: ahora llevaré ese número 2 por delante..."


¡Jajá! Hoy vuelves, entre cerveza y cerveza, a decirme más o menos lo mismo. Es la misma cerveza y es la misma mirada: "ya ves, Jesús, mañana llevaré el 5 por delante..."


50 años, mi amigo... Y yo que ando detrás tuya, aunque en aquéllos tiempos tú alardeabas de ser mayor que yo y alardeo yo hoy de ser más joven que tú, jaja... Mierda de canción, ¿eh?, esa que dice "cómo hemos cambiadoooo..."


Y tú y yo no cambiamos ni para la leche. Tonta canción.


Como las redes sociales son tan engañosas y como somos tan falsos y engañosos en las susodichas redes sociales, me permitiré hoy el lujo de recordarte algunas o muchas razones que nos han traído (a tí, a mí aún no) a esta rotonda de los 50 tacos. Descuida. No nombraré a nadie. Y además, con esta edad, nadie nos reconocerá ya, porque peinamos canas y aunque somos lo que fuimos, nadie podrá sospechar que a veces y a ratos fuimos algo de lo que somos:
 

-- calculo que hemos cogido unas 500 ó 1000 borracheras.


-- calculo que hemos partido unas 50 ó 100 narices.


-- calculo que nos han partido la nariz o la boca unas 200 veces.


-- calculo que nos hemos follado (tú un poco más) a media Sevilla y parte de Cádiz, Málaga y aledaños. Demasiadas mujeres para dos.


-- calculo que hemos escrito unas 10.000 estrofas.


-- calculo que hemos leído unas 100.000.


-- calculo que entre cuenta y cuenta, nos hemos dado más besos y abrazos que los que nunca recibimos... y quizás eso nos ha hecho ser así, como somos. Porque he dormido más veces contigo que en mi casa.


-- calculo que sin pretenderlo, hemos amado mucho más de lo que muchos piensan que aman... y las mujeres que más cerca teníamos, nunca supieron darnos nada.


-- calculo que a nuestra manera, hemos sido demasiado fieles a quien sabemos nos ha querido o nos quiere.


-- calculo, entre vigilia y sueño, que mucha gente nos ha apreciado, pero poca ha tenido el valor de apostar por nosotros. Nos han querido siempre de boquilla, pero nunca con compromiso (cosa que hoy entiendo).


-- y sin calcular calculo, que todavía salimos de copas y le damos unas cuantas vueltas a quien presuma de llevar un 2, un 3, un 4 o un 5 por delante.


Felicidades, más que amigo. Mucho de lo que nos propusimos, ya lo hemos hecho. Y mucho de lo que soñamos, todavía queda por hacer... A nuestros amigos, no decirles otra cosa que disfrutamos de la amistad que nos brindan.


Y a nuestros enemigos (creo que ya son pocos), asegurarles que todavía tenemos fuerzas y ganas para partirles la nariz y enamorar a sus mujeres ( que es peor que follarlas, porque enamorarlas las deja inútiles para ellos. ¿Aprendimos bien, eh?).


Un abrazo. Y Felices 50.

domingo, 23 de febrero de 2014

-- Sevillanos arrogantes.

En el Aniversario de la muerte de Antonio Machado, ¿qué decir?

¿Qué puede decir una tierra de analfabetos como es Sevilla? Una tierra cuyos mayores defectos no son los que muchos les achacan (el mal habla, la haraganería y la chulería congénita), sino el peor de los defectos que puede un pueblo tener: la Arrogancia.

Eso no se perdona. Y menos, en España.

La arrogancia, Antonio, de haber llevado al Imperio Romano a tres sevillanos (¿o béticos?) como Trajano, Adriano o Teodosio. ¿Dónde va un sevillano tan lejos, nada más y nada menos que a Gobernar el Mundo Entero?

¿Y pintores en Sevilla? Maldito pecado esta arrogancia que tenemos: Marmolejo, Villegas, Varela, Herrera, Velázquez, Valdés Leal, Osorio, Valdés, Roldán, Gonzalo Bilbao, Murillo...?

¿Escritores tenemos también la arrogancia de tener...? Perdonad este analfabetismo de la bética (¿o sevillista?): Mateo Alemán, Argote de Molina, Gustavo Adolfo Bécquer, Alfonso Grosso, Manuel Halcón, Lasso de La Vega, Manuel Pimientel, Lope de Rueda, Manuel Machado, Antonio Burgos...

Maldita arrogancia. Maldito tener el mayor centro histórico del Mundo. Maldito tener la mayor Catedral de España y tercera del mundo. Maldito tener los Reales Alcázares, único Palacio, en uso actualmente, más antiguo del mundo... Y la Giralda, y el Guadalquivir (único río navegable de España), y el Archivo de las Indias (joder, otra vez único en el Mundo).

Ya te digo, Antonio, Antonio Machado... En el Aniversario de tu muerte, no te extrañe nada que Sevilla te olvide.

Porque Sevilla es tan arrogante como olvidadiza. Tan arrogante como acomplejada, de tanto como la han hecho creer que es la pandereta de España. No te extrañes, Antonio, de que acertaras con tanto tino en tantos versos:

"por estos campos de la tierra mía,

bordados de olivares polvorientos

voy caminando solo:

triste, cansado, pensativo y viejo".

No te extrañes, Antonio, de que andes hoy olvidado. Tú lo sabías de sobra.

Como quizás, como buen poeta sevillano con sangre de emperadores sevillanos, sabías de sobra que algunos pocos nos acordaríamos de ti.

Gracias por seguir vivo entre mi pecho y los estantes de mi biblioteca. Gracias por darle -todavía más, si es posible- más Arrogancia a nuestra Sevilla.