-- ¿escribes en serio?

    Jesús, ¿escribes en serio o escribes siempre en guasa?, me preguntas sin clavar tus pupilas en las mías, que no da para tanta poesía el messenger.

    Pues mira, cielo, te respondo que principalmente escribo: y eso es ya la mitad del trabajo hecho. Que me lean o no, es la otra mitad. Respecto a si escribo en serio o escribo en guasa, es como preguntarle a un ciempiés si avanza moviendo primero la pata 35 de la izquierda o mueve antes la pata 76 de la derecha. El pobre ciempiés, como entenderás, se quedaría tarumba e incapaz de volver a dar un paso con seguridad.

    Escribir en serio es escribir lo que te sale del alma y pulsar después la tecla del Enter. Escribir "de guasa" es escribir casi al milímetro lo que otros quieren leer. Y te aseguro que te lo piensas demasiado antes de darle a la tecla de Editar. Escribes en serio una opinión o un sentimiento que te pueden dejar pasar. Escribir  "de guasa" es dejar esa opinión o ese sentimiento en entredicho y con peligroso doble filo: primero, quien lo lee se ríe, después lo considera y finamente te lo echa en cara... para decirte que por qué leches no sabes escribir en serio.

    Hacer reír, amiga, es difícil. Tiene en verdad su guasita propia. Si te pasas, te dicen borde. Si no llegas, te tachan de graciosillo. Hacer reír es plantarte en la cuerda floja y tirar adelante sin red; ni te inclines demasiado a un lado ni te inclines demasiado al otro: cada paso en su justa y exacta medida. Hay que llegar al final del alambre sin titubeos. Mil dramas te escribiría yo, cariño, pero mil chistes me lo pensaba.

    Dejó dicho Hermann Hesse:

"los humoristas, escriban lo que escriban, tienen solamente un tema único: la inaudita tristeza y miseria de la vida humana y el asombro ante el hecho de que esta vida lastimosa  pueda, sin embargo, ser tan bella y deliciosa".

    Y yo pienso a veces, amiga, que el humor une a las personas más íntimamente que el amor. Porque el humor nos hace cómplices  de dios.