sábado, 9 de junio de 2012

-- A mi niña.

    Te pareces, vida mía, tanto a tu madre que algunas veces siento miedo. Miedo -me explico-, porque algo de mí, tarde o temprano, aflorará en ti.
    No quiero que sea la nariz. La nariz, no. La tuya es preciosa. Dios no es tan cruel dos veces seguidas. Alguna otra cosa aflorará. Mi afición a la cerveza, al tabaco, a las mujeres y a los libros, no es que sea negativa, pero me quita tiempo para dedicarme en serio al sexo, a la lectura y a la golfería en general. Por tanto, amor, no heredes mi nariz pero acepta la herencia de hacer siempre lo que te salga de las narices.
    Sé consecuente con cuanto hagas, eso sí. Y apecha siempre con tus decisiones. Dispuesta a vivir: pero presta, cuando menester se tercie, a pedir perdón.
    Vivir es hermoso, y a ratos hasta se es feliz. ¿Quieres más? Búscalo, tienes años para buscar. No te he dado solamente la vida. Te doy el mundo... Cómetelo, vida mía. Cómetelo.

2 comentarios:

  1. Que aventura mas apasionante: Vivir
    Miles de deseos, buscando uno solo: La felicidad.

    "Juventud, divino tesoro"

    ResponderEliminar
  2. es, ante todo, una ventura. La "a" delante hay quien se pasa la vida sin verla, jaja

    ResponderEliminar

¡Anímate y participa dejando tu opinión, tu parecer o tu comentario! Siempre contesto a todos. Gracias.