A la caza del elefante
marcha Su Alteza Real,
doce cirujanos expectantes
hacen guardia en el hospital.
El monarca, aunque anciano,
empuña altivo su escopeta
y ya en España se frotan las manos
los fabricantes de muletas.
Ande usted con ojo, Majestad,
que aunque sea cazador experto,
mire a su nieto Froilán:
ya tiene un pie con dos injertos.
-- ¿Dónde está el elefante?
¡Quizás me teme y no se acerca!
-- Lo tiene usted delante:
póngase, Majestad, las gafas del cerca.
Apunta y dispara don Juan Carlos,
con tan poca y triste fortuna
que no da tiempo a agarrarlo
cuando cae de bruces en una duna.
Hoy, con dignísima pompa,
pasea cojeando, pasito a paso.
-- Majestad, ¿le dio el elefante con la trompa?
-- Lo de siempre: me di yo solo el trompazo.
jejeje deberiasx mandarselo a la zarzuela
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