jueves, 20 de septiembre de 2012

-- Momeciclo: maestro Jardiel Poncela.

                                                                                 (A mi amigo Rubén, con afecto y reconocimiento).
Carta de Joliño G. F. al Consultorio Psicoanalítico de la Revista H.H.
Señor psicólogo:

grande es el problema que me mueve hoy a solicitar pronta ayuda del Consultorio que con tanta sapiencia usted dirige y que tanto bien nos hace a los más necesitados.
Y por eso le consulto, ya que grande es el problema que me hace hoy solicitar su ayuda sabiendo de  la susodicha sapiencia que con tanto Consultorio usted dirige y tanto bien a los necesitados nos hace cuando queremos consultarle un problema que su Consultorio con  sapiencia a los más necesitados nos ofrece si es que  necesitamos la ayuda de la sapiencia de usted.
Tras este periclo de presencia, le escancio lo que alojo.
Le diré que vivo en un pueblecito pequeño de Aljonjolines,  en compañía de mis nueve hijas y de dos gatos hembras, ambos ovoides. Soy viudo y potrisillo. Curcunvino un pindolo y refocilo la pendona, catastro de trufas. O cuando me dejan o cuando puedo. Que de recuñas anda el río lleno.
A lo que iba.
Hace como catorce meses, abantecí del mantolillo afrexional derecho y desde entonces la pataleta no me vincula los contriburrios diferenciados ni a la de tres.
Entiéndame: ¿carcoma la muselina? ¿Se chafa la cachufa? ¿Sí? ¿No? Rintimplín.
No puedo castundizar los heferdillos, ni siquiera un poco por las tardes. Sí. Carbonalizo y estipendio los vendettos circunvólicos en una especie de órbita dental circunspecta. E incluso, de higos a brevas, peritonizo y arcantipuzo la pendona, pero siempre vorticorio tres poliplastos almorzando en penuria. ¡En penuria axial! O incluso dos. Pero dos es mucho, ¿no? ¿Lo dejo ir? ¿Si? ¿No? Rintimplín.
Y lloro, no se crea. Lloro como un niño que espera la llegada del catadióptrico humano. Descarbulizo la azopaipa entre mindongas estivales, siempre descalzo, pero cachirulizo sin apenas darme cuenta de  la costra andurriana, que se sonríe en silencio... y me mira con rescollos
 Hasta mi hija, la más pequeña, ha llegado a pensar que su padre, yo, ¡yo!, ¡el culinario, el patiterco!,  que yo arcamaino la toxina del contriburrio del Alcalde. ¡Zanpongas!
Ayúdeme, por favor. ¿Amedranto un choco? ¿Alcaparro el cachirulo? ¿Me lo corto? ¿Sí? ¿No? Rintimplín.
Reciba setescientos cordilones.
Correo del Dr. J.M., a Joliño G.F.
Estimado Joliño:
me deja usted asombrado, estupefacto y sudoroso, con unos cosquilleos desagradables que me bajan de la nuca  hasta la espalda, cosa que le confieso hace años no sentía.
He intentado descifrar su carta en compañía de algunas eminencias del Medicine Institute Port-London de Huesca, pero poco ha sido, en verdad, lo que hemos podido sacar en claro.
¿Acaso piensa que somos borbolillos? ¿Piensa, acaso, Joliño, que un capicúo no entibia los puticarios de los codos? ¡Pues incluso los de las aspáridas, si nos empeñamos en ello y si pretende cascarme los pilótedos! ¡No! ¡No, Joliño, no! Curcunvicie, con paciencia, sus curiplastos. Argangolice, con orégano, los churripillos de su hija la pindonga, la pequeña, ¡pero no con nosotros, que somos sólo tres! ¡No, Joliño, no!
Cada cual con cada cuala y cada cuala con su frisco. Refrisco. Y tachín tachín y a vivir, que son dos férulas.
Chafrasco y carrasco. ¿Colibrí de pitiminí? ¿O quizás: corco di voco, luego emplasto? ¡Pues no!
¡No, Joliño, no! Y reciba seis dodecágonos de éste que siempre le urticaria con afecto las tactoblongas de ambos lados.
NOTA DEL AUTOR: en principio, no ha bebido. O al menos, no más que otros días.
Enrique Jardiel Poncela (Madrid 1901-1952), ha sido uno de esos autores que dedicándose enteramente al Humor, ha logrado pasar a la inmortalidad. Y mirad que en Literatura, el Humor no vende. Y si vende, nunca está valorado como debiera. Escribir de humor, por lo visto, es algo tan fácil como contar un chiste o disfrazarse de mujer, o imitar a un pueblerino o parodiar el acento andaluz, el gallego, el vasco o el catalán. Fácil, ya digo, y algo que puede hacer cualquiera.
Lo que pasa, es que no te ríes con cualquiera.
Enrique Jardiel Poncela, inventó el Momeciclo, entre otras cosas.
¿Qué es el Momeciclo?
-- Momeciclo eres tú -diría un viejo poeta sevillano.
No. Momeciclo eran comedias cortas o relatos pequeños hechos con palabras inexistentes. Rimbombantes, sí, más o menos bien encuadradas en el contexto, pero totalmente inventadas. Y que, sin embargo, podían darle al texto cierto significado subliminal, que de cien lectores más de la mitad entendería.
Tenga, pues, la entrada que hoy hago, dos referencias muy claras: la primera, el amigo Rubén. Que con un comentario sobre un desliz que cometí en mi último artículo, me dio pié a que se me ocurriera éste.
Y la segunda, el Gran Maestro Enrique Jardiel Poncela... Uno de nuestros escritores muy, muy, muy conocido, pero absurdamente poco leído hoy día. Creador de las más delirantes comedias, autor de artículos, cuentos, relatos, poemas, novelas... y creador del Momeciclo. Y todo de Humor... cosa fácil.
Conque a repasarlo, que os aseguro que agradeceréis la sugerencia.  
¿O es que acaso no os achancletan unas cuantas pirufolias?
¡Anda, anda! ¡A escarbar...!

18 comentarios:

  1. Solo una reverencia

    Ésto porque me has dejado sin palabras, ni inventadas ya me quedan, que te las cogiste todas

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    1. ¿Reverencias, hermana?
      ¡Astraguillos! ¡Camándulas! Pero nunca reverencias, y menos en tiempos de corcuños, que no está el monte para gárgolas.
      Seiscientos cordilones, con afecto, eso sí.

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    2. ¿Seiscientos condones? pero ¿como es eso? ¿caducaos?

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  2. Jardiel Poncela ¡casi na". Eloisa está debajo de un almendro; La tourneé de Dios y tantas y tantas otras. Incluso fue al "Joyibú" ese y todo.
    Otro maestro, que bebió en ese fuente del absurdo fue el amigo Tip. A él le dediqué yo una entrada (qué casualidad, dirá usted), al igual que usted se la dedica a D. Enrique, y para yo también hacer una segunda dedicatoria, usted a Rubén y yo a Jesús, no el de Judea, no. Al que comparte conmigo pasión y Coria. Va por usted, maestro:

    http://merino1957.wordpress.com/2008/10/16/santa-varona/

    Me has hecho reir a mandíbula batiente, la sutilidad de la sonrisa la dejaremos para una segunda lectura.
    Un abrazo amigo.

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    1. Jardiel Poncela era un monstruo, en verdad que sí. Y es difícil llegarle a la altura de un tobillo (ni siquiera al que tenía bueno), por eso creo que merecía un pequeño homenaje, un modesto recordatorio para que quien nunca lo ha leído lo lea y quien ya lo leyó, vuelva a releerlo.
      Con respecto a Tip, ¡pfff! Otro.
      Ya he leído tu enlace y te he dejado en él su correspondiente comentario. Decir que lo has bordado es decirte llanamente que si me lo hubieran colado en mi libro de Santos Varones, hubiera dado por supuesto que lo firmaba Jose Luis, Tip.
      Los americanos presumen de su Groucho Marx, ignorando que aquí tenemos a nuestro Tip que sería capaz de darle a Grucho dolores de cabeza y punzadas en las muelas.
      Un abrazo, amigo, y gracias por el comentario y por el estupendo enlace.

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    2. Como el hombre es el único animal que tropieza dos veces con la misma piedra, has vuelto a tener el lapsus con el nombre del maestro y yo no pierdo la ocasión de tomarte el pelo aquí en tu casa, como ya lo hice en la mía, que sabes tuya.

      "Fíjate si era grande, que pudiéndose haber llamado José Luis, como tú indicas, lo dejó en Luis nada más, para que se notara más su grandeza. En cambio el Coll, sí que se llamó José Luis. Como era más pequeño. Jajaja.
      Perdóname esta pequeña broma con tu lapsus, pero es que tal que así se las ponían a don Fernando, el séptimo de los de su nombre.
      Un abrazo amigo y gracias por tus siempre cariñosos comentarios."

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    3. Lo de llamarme animal, me ha dolido profundamente, por mucha piedra que medie en el camino.
      Lo del lapsus, evidentemente, es la pequeña trampa que siempre pongo en mis escritos para observar quién me lee con atención y quién no, con lo que te felicito y aprovecho para comunicarte que has ganado una suscripción de dos semanas a la revista mensual "Gorgolillos y Estertores de la Boa podenca".
      Enhorabuena y mis afectuosos saludos, una vez más.

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  3. Pues lo siento. La he vuelto a leer y he vuelto a descojonarme, así que dejaremos la sonrisa para mejor ocasión.

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    1. ¡Reir, reir, como si todo en la vida fueran fangorcias y torquesillos!
      ¡No! ¡No! Me niego y me opongo de rodillas clamando al Dogo supremo. ¡No, merino, no!

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  4. Ayer estuvo don Enrique en mi cita del día, con una que me parece sublime: “La dictadura es el sistema de gobierno en el que lo que no está prohibido es obligatorio” (Enrique Jardiel Poncela).

    Esta vez voy a aplaudir dos escritos: el de Jesús y el del enlace que ha dejado Miguel, que me parece también soberbio.

    Abrazos para todos

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    1. Muchas gracias por la parte que me toca. Y gracias a Jesús por permitir e incentivar este tipo de auto promoción.
      Abrazos de vuelta.

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    2. Gracias, amigo Macondo, por el comentario. En verdad que Jardiel Poncela dejó también una larga serie de citas (máximas mínimas, como las llamaba él) que con apariencia de juegos absurdos escondían verdades como puños:
      " El amor es un hombre y una mujer que están de acuerdo en un punto. Y en desacuerdo en todos los demás".
      Y con respecto al amigo Merino, también he disfrutado con su entrada. Cada vez estoy más satisfecho con esto de que dejéis enlaces, porque disfruto enormemente leyéndolos y porque, como ya dejé dicho en su día, es una lástima que entradas tan buenas queden relegadas al olvido. Conque a rastrear por esos rinconcillos polvorientos que todos tenemos acumulados en nuestros blog.
      Cordiales abrazos.

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  5. La verdad es que la cosa requiere dos lecturas, porque no está al alcance en una sola de mentes poco despiertas :D

    Pero lo dicho, una grandeza, se antoja una cosa además muy complicada de hacer.

    Abrazos.

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    1. Pues claro que dos lecturas y hasta tres, compañero, por eso no se diferencia mucho lo que he dejado escrito de cualquier página de cualquier diario de Economía.
      Que te guste, me satisface. Que sea complicado hacer una entrada así... Ya quisiera hacerlas todas con la rapidez de ésta, jaja.
      Un abrazo, compañero, y gracias una vez más.

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  6. Jajaja vaya tarea que me has puesto Jesús, lo he leído y no entendí ni jota,ya veré si lo descifro alguna vez ayudado por todos los tumbaburros del mundo (tumbaburros = diccionario), pero primero deja volverlo a leer y seguirme riendo.

    Un abrazo amigo y gracias por la dedicatoria, muy amable de tu parte.

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    1. Gracias a ti, compañero, por tus habituales visitas y por los comentarios que siempre dejas. Tumbaburros... No lo conocía. Me gusta.
      Saludos cordiales.

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  7. Muchas gracias por su elogiosa referencia a mi abuelo. Un saludo.

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    1. ¡¡¡¡¡ ... !!!!!
      Sin palabras me dejas, compañero.
      Ni inventadas, siquiera.
      ¿Nieto del Maestro?
      Disculpa que me lo repita: ¿nieto del Maestro?
      Para alguien que como yo empezó a los catorce años a escribir y que hoy, tras 33 años, sigue haciéndolo sin poder ni querer evitar un toquecillo de humor en cuanto emborrona... siempre ha estado la sombra de don Enrique rondándome, haciéndome buscarle la punta a todo y haciéndome mirarlo todo con el único sentido que a veces se le encuentra a la vida: el Sentido del Humor.
      No sé por qué caminos has llegado a este blog, aunque la sombra de tu abuelo, ya lo intuí en mi infancia, es alargada y nunca ha dejado de acompañarme.
      Quizás sea hora de empezar a creer en el destino.
      En todo caso, no tengo en estos momentos palabras para agradecer que esa sombra (en forma de tu visita y tu comentario)se haya hoy domingo posado en este blog.
      Me siento emocionado. Como si en cierta medida, hubiera hoy reencontrado a un viejo amigo con el que pasé (y todavía paso) tan buenos e inolvidables momentos.
      Mi más profundo agradecimiento a esta visita que me haces.
      Mi más sincero afecto.
      Me has traído un domingo mágico a las puertas de mi casa.
      Me has dejado el destello de una estrella fugaz en mi blog.
      Un abrazo.

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