sábado, 4 de agosto de 2012

-- Mujeres en Regla.

     ¿Qué supe yo nunca de la Regla, al fin y al cabo?
     Poco, poquísimo. Y no ha sido sino gracias a los anuncios de compresas cuando he podido al fin ser consciente del trauma psicológico que ocasiona a la mujer pasar la regla. Trauma, hay que admitirlo, rayano en la genialidad.
     Podría afirmarse que hemos conocido profundamente a las mujeres en cuantito éstan han dado, públicamente, alas a sus ovulaciones.
     Porque antes de eso, en determinados días del mes, a mí -lo juro- se me sobrecogían los ánimos cuando sorprendía a mi pareja ciertamente abstrusa: alicaída, silente, desorientada.
-- ¿Qué es lo que tienes, amor?
     Y ella respondía: no es nada. Son mis cosas.
     Ahora, gracias a los anuncios de compresas, intuyo al fin cuáles pueden ser sus cosas.
     Ahora, adivino que el hecho de ovular baja o exacerba las defensas de su intelecto. Que la regla propicia desajustes poco estudiados en la femenil sesera.
     Que seguramente mi mujer, cuando ovula, andará dándole vueltas al caletre abstraída en mil enigmas trascendentales, bien para ella bien que para la ancha humanidad, preguntándose obsesivamente cosas tales como que a qué huele la Música, ¡Dios!
     Que a qué huele la Risa o incluso -más allá- que a qué huele lo que no huele, señor mío, que es algo que ni al Platón en sus mejores tardes se le ocurrió jamás preguntarse.
     O discerniendo ella, mi santa mujercita, al son de la ovulada, si hoy es o no lo es un día Feliz, a pesar de patear calle arriba y calle abajo con una compresa alígera entre las piernas. Incluso cavilando si es bueno o es malo o es regular o es algo cierto ser Mujer: y en qué consiste ello y adónde lleva.
     La regla entonces, como cualquiera puede entender, es que proyecta el intelecto hacia dimensiones desconocidas.
     El tema puede dar mucho de sí, que tomen nota psicólogos inquietos o fecundos analistas. Porque esos anuncios de la televisión, parten indudablemente de un organismo felizmente inspirado de ovulaciones, de una lucidez mental en verdad potenciada merced a ciertos visajes uterinos, de un hemisferio cerebral de repente abierto a horizontes vertiginosos, inaccesibles a cualquier incompleto mortal que no menstrue con regularidad.
     ¿A qué olerá el Sol? ¿Y una nube?
     Estamos hablando, señores, de anuncios publicitarios a primera vista provenientes de la sinrazón de una perturbada paranoide, mas, ¿cuántos locos maravillosos no nos han legado el fruto de su genial y a veces incomprendida locura? Ahí tenemos a Nietzche, allá a Van Goth. ¡Tantas veces el arte y la psicopatía se dan la mano...!
     Estas maneras cuasi abstractas, cubistas o impresionistas de pintar la existencia desde la perspectiva de una ovulación, son más propias de un zangón implado a tripis y chupitos de ron... ¡o de un Dalí en sus mejores arrebatos!
     Conque yo ahora, en cuantito el almanaque de la cocina marca en rojo y mi santa esposa se me pone abstraída y con cara de meditabunda, algo así como inconcreta e inaccesible, le endiño un lienzo y la paleta de las pinturas. A veces, bolígrafo y papel.
     Y a esperar.
     A esperar, porque el día menos pensado...
     ¿Pues quién me convence a mí de que la obra de un Kafka, un Picasso, un Tapies o un Matisse no fué fruto, es un decir, de alguna forma poco investigada de menstruación psicológica?
     Pues eso.
    
    

14 comentarios:

  1. Te quiero, te homenajeo y te aplaudo.

    Gracias, son necesarias reflexiones así también por parte de los hombres, para sentirnos un poquito comprendidas.

    Sí, los anuncios son surrealistas a tope, si los ves en pleno síndrome premenstrual o en plena menstruación directamente arrojas una zapatilla al televisor.
    Muchos se creen que son histerismos o excusas de mujer caprichosa, borde y voluble, no, ojalá, la revolución hormonal es tal que no te sientes tú misma, sabes que tu mal humor es irracional pero no puedes evitarlo, es una especie de enajenación mental transitoria.

    Me da pudor hacer esto porque puede parecer que quiero hacerme publicidad, y no es así, simplemente escribí un post al respecto en el que creo que con sentido del humor se explican muy bien nuestras sensaciones.

    Con tu permiso Jesús, dejo el enlace por si alguien quiere leerlo, pero si no te parece bien que lo haga, me lo dices y sin problemas, que no me voy a molestar, anulas el comentario.

    Un besazo y gracias por tu post cargado de ironía y que entiendo, en apoyo a nuestra cruz.

    http://patchworkdeideas.blogspot.com.es/2012/05/el-sindrome-premenstrual-ataca-de-nuevo.html

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  2. Un abrazo, mi dulce compañera.
    Y por supuesto que haces bien en dejar ahí tu enlace, como complementario perfecto de mi entrada.
    ¿Molestarme? ¿A quién no le gusta que visiten su casa? Y si la visita trae una flor y la coloca en uno de tus jarroncillos, ¿cómo puede eso disgustar?
    Yo también aprecio con sinceridad, cielo.
    Gracias.

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  3. Se me había pasado tu entrada, pero he podido solventar el lapsus gracias al soberbio comentario que has hecho en mi blog sobre las modificaciones ortográficas de la RAE. No se puede decir más en menos espacio, con más elegancia, belleza y tino.
    Lo mismo podríamos decir de la entrada. Hace falta templar como tú lo haces para lograr que un tema que puede resultar conflictivo cumpla con la cita a Erasmo que subtitula tu bitácora. No tienes más que ver el comentario de nuestra común amiga.
    Lo que vamos a disfrutar leyendo a estos primos.
    Un abrazo.

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    1. Eres muy amable, compañero.
      El comentario en tu blog (e intento que sea en cualquier blog que me interese) está forjado con la misma fragua que tu artículo. Quiero decir que intento por todos los medios no solamente dejar constancia de mi paso por un determinado blog, sino, dentro de mis posibilidades, devolver siempre algo de lo que me llevo. Y créeme que me llevo mucho, por lo que lo mínimo que puedo hacer es intentar pagar con la misma moneda.
      Una entrada limpia, documentada, firme y bien templada como la tuya, no podía dejarse pasar con un sucinto: me gusta.
      Te reitero mi agradecimiento y es un placer contar con tu amistad. Un abrazo.

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  4. Quizás porque mi santa tiene una regla muy dolorosa desde siempre, esos anuncios de "a qué huelen las nubes" y "encantada de ser mujer" siempre me han parecido, y a ella ni te cuento, sobre gilipollas, ridículos. Ojo, tienen todo el derecho del mundo a promocionar sus productos, pero con algo más de asertividad, ya que parece imposible la empatía.
    Un abrazo compañero.

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    1. Evidentemente, te doy la razón. Es difícil empatizar con semejantes engendros publicitarios, ya que obvian lo más importante: a las personas a quienes van dirigidos, tomándolas por tontas o enfermas mentales. O tomando la regla, al fin y al cabo, como un arrechucho pasajero del que se puede salir con sólo cambiar el color de una compresa.
      Y, como diría el maestro, no es eso, no es eso.
      Aprovecho para saludarte con grande aprecio.

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  5. Estoy paseándome por tu casa sin permiso e impunemente. Solo quiero acotar una cosa. La ovulación son más o menos 15 días antes de la regla. Es decir. La que escribe está en plena ovulación, con dolores de cabeza, malestares por todos lados y un genio de lo mejor. Vamos, que la que se quiso comer a Hansel y Gretel y la que puso a dormir a la Bella eran las buenas de la familia comparadas con menda hoy. Seguimos, la semana que viene puede que esté feliz por alguna razón y el mundo me pinte de colores. En una semana más seré el mounstruo con SPM y ya no te digo nada de lo dolorosa que puede ser la casi semanita en rojo. De ahí una semana de felicidad y ¿qué crees? ¡¡ovulación de nuevo!!!
    El otro día alguien me dijo que a lo mejor tengo la pre-pre-menopausia. Yo solo le respondí: DIOS TE OIGA.
    Repito lo dicho por los colegas, me encantó tu artículo.

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    1. Me gusta que pasees por mi casa y te sientas en ella como en la tuya, cielo. Mi blog tiene las puertas abiertas a todo el mundo. Gracias por tu comentario. Es precisamente la insulsez de los anuncios de compresas lo que me hizo escribir el artículo, ya que pienso personalmente que la regla no es un tema para tomarlo a chacota considerando que quien la pasa sufre algún tipo de imbecilidad crónica o alucinación delirante.
      Un fuerte y sincero abrazo, compañera, y vuelve y comenta cuanto quieras, que siempre respondo a quien con inteligencia comenta.

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  6. Pues si, lo de los anuncios clama al cielo, pero bueno los días de la regla tampoco es para tanto, sólo nos ponemos un poco alteraditas, pero es en contra de nuestra voluntad, un poco de paciencia y listo, hasta la próxima...
    Por cierto, para mi uno de los mejores inventos es el tampón, por eso de no llevar cosas molestas entre las piernas...

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    1. Dí que sí.
      Yo entre las piernas, también me siento incómodo llevando nada.
      Y de los anuncios publicitarios, ¿qué decir?
      De todo hay. Pero desde luego los de compresas estarían bien si fueran dedicados a niñas de cuatro años... aunque no creo que necesitan a esa edad nada de lo anuncian con la frivolidad de quien anuncia un nuevo caramelo.
      Besos y gracias, una vez más.

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  7. No entiendo porqué me ha entrado un post del 4 de agosto...
    Juro que yo ya no tengo la regla, así que mi mala leche es genuina y no tiene disculpa alguna. Yo soy así y punto.
    Los anuncios son los típicos de una sociedad cada día más alucinada. Yo creo que hinchada a tripis y cubatas porque sino no se entienden ciertos anuncios.
    Bueno ya te dejo, que sigo sin enterder porqué me ha llegado esta actualización hoy, será que mi portatil está con el SPM...
    Besazo

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    1. Los anuncios de compresas son en verdad alucinógenos, compañera. Yo creo que han creado escuela, como el cubismo en su época, jaja.
      Y si tu ordenador tiene el SPM, ya sabes... paciencia con él y no le des muchos quebraderos de disco duro.
      Un abrazo.

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  8. Esos anuncios son una gilipollez y perdón por la expresión. La verdad es que no sé porque los hacen porque es un negocio seguro, vamos que todas usamos dichos productos, mas tarde o temprano, y que quieres que te diga, pues que es verdad que el humor se enrancia, que todo parece un mundo y que estñas hasta los mismísimos de todo. El resto del mes también, pero te lo tomas de otra manera. Besos
    Ana

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    1. Bueno, el noventa por ciento de los anuncios son un gilipollez. Lo que no me gusta es cuando hacen frivolidades con temas que son ciertamente serios y muy personales.
      Un besote, amiga.

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