domingo, 23 de septiembre de 2012

-- Amanecer, como un extraño en casa.


        Vale, me ha tocado a mí esta vez, se veía venir, tampoco es que me coja desprevenido, a estas alturas...
        A estas alturas ahora, Dios. A estas alturas ya.
        ¿Cuánto tiempo hacía, de todas maneras,  que no veía amanecer desde la terraza del salón?
        ¿Cuánto tiempo hace desde la última vez que me fuí andando al centro, a gandulear, a deshojar librerías o a envahecer escaparates con el mismo aliento cálido de un chaval en vísperas de reyes?
        Cuánto hace, loco, que no llevabas y recogías después a las niñas del colegio. Con lo que les gusta a ellas y con lo que lo has deseado tantas veces tú, no puedes negarlo...
       
       
        Esta casa es mi casa y éste que a las seis de la mañana la recorre y la observa como si nunca hubiera vivido en ella, soy yo.  Yo, como un extraño en mi propia casa hoy.
        Quizás mañana se me lleguen a caer las paredes sobre la cabeza, no digo que no, pero hoy me parece más bella que nunca. Es todo blanca magia: desde este descorrer las cortinas con sigilo hasta este silencio y esta penumbra tan íntima que me arropan mientras todos duermen. Y allá abajo, por la avenida, el susurro en el alquitrán, todavía frío, de quienes vuelan al trabajo, ssssss, sssss.  Al trabajo, a su trabajo, a mi trabajo.
        Pero silencio y calla, loco; calla y piensa cuánto tiempo hacía que no escuchabas amanecer desde la terraza,sssss... Hace un poco de niebla y mil pájaros que sacuden los árboles allá en la plazuela prometen un amanecer divino. Cuántos amaneceres divinos habrá habido iguales a éste, y qué pocos has sabido reconocer como hoy...
        No pienso afeitarme en un par de días.
        Desayunar en la vieja cafetería de la esquina puede ser una buena opción, oír rebufar la máquina del café acompañado de un cigarro y un periódico.
        Sin prisas.
        Hoy, al menos, sin prisas.
        Ver pasar la gente. Ver correr a quienes dicen tener la dicha de tener que correr toda su existencia.  
        Hoy, más egoísta que nunca, recogeré un poco de lo que quizás ya el mundo, la vida,  me debe, ¿por qué no?
        Hace un día precioso: mi hijas, mi casa, mi terraza, mi ciudad, mi cielo, hoy todo es para mí. Dispuesto al alcance de mis manos, de estos dedos gruesos e hinchados, como un escenario destellante y nuevo donde representar una nueva obra, nuevas sensaciones, nueva vida con los mismos personajes de siempre... 
       
        Y mañana o pasado, loco, nos ponemos guapo y nos vamos a buscar trabajo de nuevo...
        Pero hoy no me afeito. Veo amanecer desde mi terraza y voy a regalarme, a deshoras, con el primer beso y la primera sonrisa de mis hijas, el primer despertar... en tantos años. Ya es tiempo, quizás.
        Quizás, a fin de cuentas,  ya tocaba.
                                         (Para Javier G., con mucho afecto y mis mejores deseos, porque ni a tu fuerza, ni a tu optimismo ni a tus sentimientos podrá nadie jamás dejarlos parados)
                                         



24 comentarios:

  1. Entiendo que es una recreación de una situación imaginaria, o al menos no tuya personal.
    Partiendo de ahí, pues que está muy bien narrado, desde esa sensación extraña de desconcierto, poder por otra parte vivir o disfrutar momentos que nunca ha habido oportunidad de saborear, y por lo demás, yo que sé... a ponerse el mundo por montera y por algún lado saldremos.
    Muchos besos guapo

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    1. No, no me ha pasado a mí, afortunadamente. Pero hay que meterse en el papel de los demás y creo que cuanto he escrito es casi exactamente lo que hubiera pasado por mi cabeza (o me pasará) si algún día me ocurriera.
      Un beso, hermana.

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  2. Hoy te ha tocado a ti, pero también a nosotros a tu través. Yo también llevo (llevaba) años perdiéndome amaneceres. Gracias por el de hoy. Creo que yo tampoco voy a afeitarme.
    Un abrazo.

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    1. Como le comento a Inma, en este caso no me ha pasado a mí. Pero cuando "los parados" llevan nombre y apellidos y no son simples números como los que nos dejan los noticiarios, no tienes por menos que meterte (o intentarlo) una mijilla en su piel.
      Y es lo que he pretendido hacer.
      A Dios gracias, para bien o para mal, el amanecer siempre aparece puntualmente.
      Un abrazo.

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  3. Hacer de la necesidad virtud es un recurso que evita muchas depresiones.
    Es un auténtico drama el que se está viviendo en este país con el asunto del paro. Cuando te lo cuentan en millones se despersonaliza y parece algo de los periódicos. Pero cuando se le pone nombre, apellidos, pareja, hijos y entorno, es cuando uno se da cuenta del verdadero problema.
    Lamento que esta situación personal de alguien te haya llevado a escribir esta magnífica entrada, que no lamento, pero que no me hubiera importado perderme por innecesaria.
    Un abrazo, amigo.

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    1. Gracias por tus palabras, amigo. Efectivamente, cuando de números despersonalizados pasamos a nombres y apellidos, la herida escuece con más virulencia.
      Y por desgracia, es una herida que no deja de abrirse, supurar y extenderse de alguna u otra manera, directa o indirectamente, a todas las familias.
      Un abrazo.

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  4. Me encanta lo de "escuchar el amanecer"...
    Siempre dentro de las malas circunstancias hay cosas buenas, entiendo perfectamente la situación, de hecho la conozco, pero no hay que dejarse abatir por la misma.
    Un beso

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    1. No he pasado (todavía) por la situación que describo, pero intuyo meridianamente que eso de escuchar el amanecer debe acabar, en un momento u otro, en un escucharse a uno mismo cada demonio que lleva adentro.
      Y el final, supongo, es abatirse, por mucho que uno sepa que es lo último que debe hacerse.
      Agradezco tu comentario, Eva. Un beso.

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  5. Hola!!! He venido a conocerte y me has gustado mucho así que, con tu permiso, me quedo por aquí.

    En los tiempos que corren muy poca gente puede decir que tiene asegurado el trabajo así que, los que sí lo tenemos, tenemos que agradecerlo diariamente. Eso sí, si pasara a engrosar las listas del INEM, ya te digo que me dedicaría un par de días a vivir a lo grande. Jajaja. Un besote.

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    1. Bienvenida, amiga, estás en tu casa, o al menos en esta pequeña casita de juegos encima de un árbol que es mi blog, donde en vez de ramas encontrarás líneas y en vez de hojas multitud de letras... por si deseas perderte a tu antojo.
      El tema del paro, a los que tenemos trabajo y a los que no, nos roza cada día más cerca, siempre hay un familiar, siempre un amigo, siempre un conocido que deja de ser un número y de pronto tiene rostro y nombre...
      Y sí, desde fuera, a veces nos gustaría transmitir cierto optimismo, una vaga promesa de que las cosas irán a mejor... Pero poco más puedes hacer. Porque unas líneas en un blog, no dan de comer a nadie.
      Un beso, cielo, y gracias por tu comentario y por andar por aquí. Es un placer.

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  6. Entiendo que no eres tu el que se ha quedado en paro. Desde luego muy buena entrada paisano, muy bien escrita.

    Yo con lo nervioso que soy no se como lo llevaría eso de quedarme sin trabajo y con mi oficio, si no llego a haberme ido, en este momento sería un de esos millones.... en fin, un abrazo compadre desde el Río de la Plata. Nos leemos

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    1. Es una situación dura, sí, paisano, a la que ni con bellas palabras puedes pretender suavizar un poco.
      El artículo podía haber sido más largo... pero llega un momento en que te das cuenta de que a una persona en semejante situación de desespero no podrías seguir diciéndole las bobadas piadosas (pienso) que le estás diciendo.
      Y entonces, pones punto y final.
      Un fuerte abrazo, compadre, desde Selva la Bari, ¡Sevilla..."

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  7. Momentos difíciles, hoy mismo me he enterado que a partir de enero voy a currar más y con el sueldo congelado, cabrea, pero ciertamente ves eso que escribes y hasta te sientes privilegiado, lo peor es que no tiene visos de solucionarse nada en dos o tres años.

    Saludos.

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    1. Lo peor, socio, es que ni poniéndote en el pellejo de un parado ni pretendiendo escribirle unas líneas de solidaridad y ánimos... puedes quitarte de encima la sensación de que nada de lo que escribes y nada de lo que sientes vale para nada. Para nada más que otra cosa que cumplir con el a veces egocéntrico fin de rellenar una página más de tu blog.
      La vida, por desgracias, no cabe en unas líneas.
      Un abrazo, amigo. Y gracias por el comentario.

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  8. Una situación que pro desgracia están viviendo miles de personas. En España, al menos, dramatismo está en unos niveles muy altos. Ojalá, en medio del caos en que están sumidos, saquen fuerzas de flaqueza para vivir disfrutando el ahora en positivo, y mañana será otro día en que quizás todo cambie.
    Mi solidaridad para la persona a la que haces referencia

    Saludos

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    1. Gracias por tu comentario, amiga. En verdad que es un tema doloroso que poco a poco, por activa o por pasiva, nos va afectando a todos, porque cada parado al que ponemos nombre está en el centro de la tela de araña, pero sus espasmos hacen mover cada hilo y nos hacen recordarnos constantemente (eso espero) lo mal que lo están pasando.
      Te agradezco tus palabras, y ojalá que todo empiece a cambiar pronto.
      Un abrazo cordial.

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  9. Me gustó mucho la forma como describes la situación, no siento desaliento sino me queda una sensación de esperanza y de regocijo al disfrutar placeres simples.
    Es una lástima la situación tan mala que se vive en muchas partes de éste mundo.
    Un saludo Jesús.

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    1. Eso pretendía, amigo, poner una pizquilla de esperanza entre líneas. Hacer brasas de luz con palabras... Aunque muy en el fondo, mientras escribía, era consciente de que lo único que puedes transmitir es solidaridad.
      Que las brasas acabarán apagándose y que la esperanza tiene alas... tanto para venir como para desaparecer a capricho.
      De todas formas, ese pequeño regocijo de los placeres simples (las pequeñas alegrías, que decía Hermann Hesse) debiéramos disfrutarlo cada día, cada hora... porque nadie nos los puede quitar y son, al final, los que nos hacen tirar adelante.
      Un abrazo, Rubén, y gracias.

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  10. TAL Y COMO ESTÁ EL PANORAMA TODO ÉSTO QUE TIENES ES UN PRIVILEGIO. DISFRÚTALO MIENTRAS PUEDAS. BESOS
    ANA

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    1. Yo, por fortuna, todavía no he catado esas hieles. Pero de todas maneras, haré extensible tus buenos deseos a todo el que por tan dura situación está pasando hoy.
      Ojalá, al menos, que solamente pensar en quienes tienen al lado, les haga saltar cada mañana de la cama como si fueran a entablar el combate más importante de su vida. Que lo es, de hecho.
      Un abrazo, amiga mía, y gracias por tu comentario.

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  11. Hay un viejo poema japonés que dice:
    "Anoche el viento tiró mi tejado
    Hoy puedo ver la luna con mayor claridad".
    A veces no queda más remedio que adoptar esa perspectiva.
    Magnífico escrito el tuyo. Me ha llegado.

    Un abrazo.

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    1. Y bello y certero el poema que para la ocasión nos dejas, amigo. Atinado y acertado.
      Ojalá que siempre pudiéramos mantener ese temple de entereza y sabiduría ante las adversidades... Y ojalá que todo el que sufre el paro, tenga mil momentos de lucidez para no dejarse vencer del todo, por muy complicado que sea.
      Gracias, compañero, por tu luminoso comentario.
      Un abrazo cordial, una vez más.

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  12. Gracias por visitar mi blog, "Contraquerencia". Al no ser taurino, me honró especialmente tu mensaje. Seguiré intercalando artículos de toros con otros asuntos hermosos, como la literatura, de la que compruebo eres amante. Un abrazo.

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    1. Un abrazo para ti, Gloria. Todo un placer que hayas pasado por esta buhardilla de letras y lecturas, donde espero te sientas como en casa y disfrutes leyendo tanto como lo hacemos escribiendo.
      Hasta muy pronto, sea en tu blog o en este, con mi admiración y mi gratitud.

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