Ser Madre.
¡Toma ya... !, porque lo escribe un padre.
Se habla de lo hermoso que es ver crecer a un hijo, pero se habla poco de lo hermoso que es ver crecer a una madre...
Y no, no me refiero a esa viejita que a mi edad podemos o no gozar de la suerte de tener aún al lado. No me refiero a ella, no.
En mi caso, me quiero referir a esa otra madre... a la madre de nuestros propios hijos.
A la madre a la que he visto crecer a la par que he visto crecer a mi hijo.
A esa madre que no lo era. A esa adolescente loca (no hallo otro diagnóstico más apropiado) que con veinte y pocos años se enamoró de mí (qué valor).
A esa muchacha a la que un día invité a pasear por Triana. A esa chica de apetitosas redondeces a la que lograba arrancar primero diez y después mil sonrisas...
A esa muchacha que soñaba tanto como yo soñaba. Que un día, sin venir a cuento, me cogió de la mano.
Y que sin venir a cuento un día, me besó o dejó que yo la besara.
A esa muchacha. A esa muchacha que estrenaba ropa para mí y se perfumaba para mí, que pasaba las horas buscándome en el minutero de su reloj... tal como yo las mías pasaba acariciando su foto en un pliegue de mi cartera.
A esa muchacha. A esa muchacha con la que compartí el gran letargo de una adolescencia, hace poco, no hace nada, ¡ni siquiera veinte años!, a esa muchacha a la que una noche pasé el brazo por el hombro... y me lo permitió.
A esa muchacha.
A esa muchacha loca (busco y no hallo valoración psicoanalítica) que compartía todo: que mezclando sus desvelos con mis ilusiones, sus deseos con mis niñerías, sus fuerzas con mis nostalgias o sus ganas de vivir con mis ganas de resistir... conseguía, cada tarde y cada noche y cada madrugada, hacer sin hielo el cóctel que hoy disfrutamos.
A esa muchacha que bebía de mi copa o fumaba de mi cigarrillo.
A esa muchacha a la que hice y me hizo hacer el amor en el Parque de María Luisa, en el portal de una calleja o de un callejón cualquiera, en los Jardines de Murillo, en el asiento de un viejo coche, en un ascensor, en una escalera...
Locos, locos, locos... No hallo más diagnóstico que Amor.
A esa muchacha.
A esa muchacha a la que vi minuto a minuto, hora a hora, día a día y mes tras mes convertirse en madre.
Claro que hablamos del orgullo y la ilusión de ver crecer a un hijo.
Pero como hombre, con igual orgullo e igual ilusión agradezco y no olvido cómo he visto ante mis ojos ver nacer a una Madre.
Esa muchacha que un día me besó o se dejó besar, qué importa.
Esa muchacha que en la cama de un hospital me tendió los brazos:
-- ¡Hemos traído a una niña preciosa...!
Y no. No era solamente eso.
Me quedé con las ganas de decir:
-- Ha venido al mundo una Madre preciosa.
Y hoy, ¡gran ingrato!, he recordado que olvidé decírselo.
Quizás le interese... digo yo:
ResponderEliminarMe has emocionado, Jesús, a medida que iba leyendo, mis ojos se han humedecido un poco, es de las pocas veces que me ha pasado leyendo un post, pero no sé de qué me extraño, eres tú el que lo ha escrito.
Es precioso lo que le dices a esa mujer que comparte tu vida, a la madre de tu hija, un homenaje orgulloso que pocos hombres (personas) saben hacer a su pareja.
En tus palabras se descubre el gran amor que le tienes y de verdad te digo, que envidio esas palabras que me hubieran gustado escuchar alguna vez.
Besos, Jesús.
Agradezco tus palabras, amiga, y con ellas me has emocionado tú. Muchas gracias.
EliminarEste post merece al menos mil comentarios o más porque me parece precioso, y la madre de creció a tu lado, se debe sentir muy orgullosa por ser madre y por ser tu mujer. Felicidades.
ResponderEliminarBesicos.
Muchas gracias, ana. Cualquier mujer debe sentirse orgullosa de ser madre, porque intuyo que es algo milagroso... Pero a pocas, en verdad, les aconsejo la dura prueba de vivir al lado de un prenda como yo.
EliminarBesotes, cielo.
Si casi siempre eres bueno, a veces eres mejor. A pesar que siempre le he dicho a mi mujer lo muy importante que es, también para mí, nunca he sabido decirlo así. Y ahora vas tú y se lo dices. Porque está claro que te refieres, sólo a ella, sólo a ellas, sólo a todas y cada una de ellas.
ResponderEliminarGracias po hablar por mí.
Eres un caballero, Miguel, gracias por tus palabras.
EliminarY te dejo usar mi post para dedicárselo a tu santa esposa.
Ten en cuenta que se acerca el día de los enamorados: espero que me funcione porque este año quiero un reloj.
Saludos, amigo.
Ya no sé si me siento más orgulloso de ser seguidor tuyo como escritor o como persona. Grande, grande.
ResponderEliminarUn abrazo.
Gracias, amigo: hermosas y grandes palabras las tuyas, que no tienen por menos que emcionarme.
EliminarGracias, de corazón.
Un abrazo.
Si me reencarno, quiero ser mujer, ser tu chica, y que me digas cosas así. Qué bárbaro.
ResponderEliminarAbrazos.
Jaja. Gracias, Amando, pero a pesar se ello si nos reencarnamos no me encontrarás tan fácilmente: yo quiero ser chica para ver cómo me sientan unos tacones y una falda que vi ayer en el Corte Inglés.
EliminarGracias, de todas maneras, por tus amables palabras.
Un placer, viniendo de alguien con tanta experienca comunicadora como tú.
Saludos.
En serio, estoy temblando, y no es precisamente de frío, sino de leer esas palabras que le dedicas a esa mujer tan afortunada que está a tu lado. Ojalá algún día escuchase yo unas palabras parecidas, me conformaría con la mitad de sentimiento. Grande, enorme, Jesús
ResponderEliminarGrande y enorme es la curiosa amistad que te profeso, amiga, surgida como casi todo lo bueno en esta vida del más puro azar. Grande es mi admiración y enorme es el orgullo que siento de haberte conocido... Y algún día, no lo dudes, tendrás para ti unas bellas palabras que no tienen que ser parecidas a éstas, sino simplemente distintas y sinceras: las que tú mereces sobradamente.
EliminarUn beso, preciosa.
Vecino que sepas que me has hecho levantarme del sofá, estaba yo con la tablet viendo entradas de los blogs y he visto que acababas de publicar y no he podido despegar mi vista y mi ser de tus lineas. No podía comentarte esta pedazo de entrada desde la puñetera tablet que es igual que escribir desde un móvil, con esos traductores que son del diablo que cuando termino el comentario lo vuelvo a leer y ni yo entiendo. Osea que con mis santos huevos he vuelto al despacho y he conectado la torre para comentarte.
ResponderEliminarMe has emocionado, me dá igual que seas un atracador, un diablo, un sanguijuela, un chiflado, que más da, alguién que escribe como tú lo has hecho tiene la suficiente sensibilidad de COMPRENDER lo grande que es ser madre y que como bien has narrado, la madre se hace, día a día, segundo a segundo, desde que engendras algo cambia dentro de tí ( y ya flipas fisicamente) pero nace en tí sensaciones que jamás antes tuviste, y ya eres madre, te relegarás siempre en segundo plano, la prioridad es el bebe, el niño, el adolescente, el adulto.
Quiero felicitarte Vecino, eres muy grande, te lo digo con lágrimas en los ojos, esto que tú tan maravillosamente has detallado en tu entrada, hay hombres que jamás se darán cuenta, piensan que ese rol de madre es un extra como si de un coche se tratase. Yo hace seis años que soy madre, y lo pasé muy mal de primeriza, persona que siempre controlo todo, pasé de un plumazo a no controlar absolutamente nada, no tenía tiempo de nada y era consciente que no podía hacer más de lo que hacía, y no podía con ello.
Vecino tendrás mil defectos ( o no ) pero tu mujer debe de amarte mucho equivalente a lo que tú la amas, porque tus palabras me llegaron, es toda una declaración de amor, es más estoy con Gloria ! ¡ ojala !
Quiero pedirte que me des autorización para pegar y copiar tu entrada en mi blog, idenficandote como autor por supuesto , merece ser leido por mucha más gente, eres brillante y en la medida de mis posibilidades quiero que te lean. Mañana regresaré a ver si me has honrado querido gran escritor con contestar mi solicitud.
Sin otro particular, se despide de usted su más ferviente admiradora.
Si has tenido alguna peleilla con la parienta, haz el favor de decirla que pase y lea la pedazo de entrada que has escrito ;)
Un beso. Amelia.
Tu comentario por sí solo es un hermoso y maravilloso post, vecina, porque rezumas sentimiento por cada poro. Y después de haber leído tanto en ese blog que dedicas enteramente a tu familia y donde tan sólo vuelcas una mijita de lo que de sobras sé que vuelcas en tu día a día, no tengo por menos que hacer mi artículo extensible a tantas madres y mujeres como tú. De todo corazón.
EliminarPor supuesto que con gran satisfacción por mi parte, tienes mi autorización para hacer con esta entrada lo que estimes oportuno. Es todo un detalle que me emociona.
Besos, linda.
Y Felicidades a toda la gente que tiene la fortuna de vivir a tu vera.
ya te he hecho la entrada, mil graciassssssssss cariño. Un beso.Amelia.
Eliminarhttp://lopezgarciafamilia.blogspot.com.es/2013/01/nace-una-madre.html
Gracias a ti, por hundirme como escritor.
EliminarYo pensaba que para ser escritor hay que inventar historias. Y resulta que cuando no invento, es cuando más gusto.
No hay quien os entienda, vecina.
Mujeres... Ya os daré un repaso en un próximo post.
¡Jajaja!
Menos mal que empiezas a conocerme.
Gracias, Amelia.
Por muchas vueltas que le des a la cabeza, nunca llegarás a entender cómo NACE UNA MADRE es un artículo que me habéis inspirado muchas mujeres, entre las cuales te encuentras tú.
Fíjate que no sé cómo has pasado de homenajear a una madre, a amar a una mujer o de homenajear a una mujer has pasado a amar a una madre.....la verdad que no sé.....porque menudo lío más hermoso me has formado...
ResponderEliminarUn abrazo!
Ese lío de que hablas, seguramente tiene algo que ver con ese cosquilleo que se siente cuando se ama... que no sabemos muy bien dónde lo sentimos ni de dónde nos viene, pero que existe y nos hacer ser mejores.
EliminarGracias por tus palabras, cielo.
Un besote.
Que bonitooo!!!!
ResponderEliminarCuando son los cumples de mis hijos, (tengo 2 enanos) mi marido y yo nos felicitamos, porque tb es nuestro dia, el dia que fuimos PADRES, y me emociona... hay tanto por enseñarles ytanto por aprender...
Que bonito has relatado todo lo que un dia se te olvido decirle a esa muchacha, y mira la inspiracion hoy te a permitido compartirlo con nosotros... Un abrazo !!
Es que ser padres es maravilloso. Y ser madre, es algo que se escapa de mi imaginación enteramente y que a la fuerza te trae la inspiración en bandeja, porque es el milagro más hermoso que puedo intuír que exista en el mundo.
EliminarFelicidades a tus hijos y tu marido, porque intuyo eres una gran mujer.
Gracias por tus palabras y un afectuoso abrazo.
Gracias a ti... tu si eres grande Jesus Tadeo Sila!!
EliminarComo me alegra haber llegado hasta tu pequeño rincon, ,y poder disfrutar de tus mil humores.
abrazos .
Al final, resulta que me emocionáis vosotros a mí. Y la intención de este blog era precisamente la contraria: entretener y simplemente entretener.
EliminarNo pretendía nada más y me dejáis sin palabras.
Gracias.
Vaya entrada preciosa, vaya homenaje a esa madre, vaya amor que desprende, envidiable sin duda, sentidas y emocionantes líneas, que suenan además a ciertas, a verdaderas, sin duda ella es una gran madre, seguramente la hija sea una gran hija, pero tienen suerte de tenerte con ellas, yo soy tu mujer y leo esto y te mato a polvos una semana sin descanso :)
ResponderEliminarEs una entrada difícil de comentar, por no poder expresar lo buena que me ha parecido, en fin, supongo que el resto de comentarios harán justicia.
Abrazos.
Gracias, compañero. Hermoso comentario el tuyo. Dicen más arriba que esta entrada de hoy ha logrado emocionar... No sé, a mí verdaderamente me están emocionando comentarios como el tuyo, que agradezco sincera y profundamente.
EliminarLo de los polvos, por supuesto, son efectos colaterales con los que un escritor siempre debe contar. A fin y al cabo, como dijo no sé quien, uno escribe para que lo quieran un poquito más... Y si la cosa incluye polvo, escribamos con arrojo y gallardía.
Un abrazo, compañero. Y muchas gracias.
Consigue emocionar, es algo que seguro emocionaría a esa madre de la que hablas, es algo que además, si lo cuenta un enamorado veintañero tiene menos valor, lo tiene precisamente por haber pasado tiempo, es lo verdaderamente emotivo, decir esas cosas a alguien con quien has convivido tiempo.
EliminarLo dicho, que es una cosa bien preciosa :D
Gracias de nuevo, compañero.
EliminarBueno, que he de decirte sino que eres grande. Dos puntos de vista diferentes, el tuyo y el mío sobre las madres, pero mucho mas humano el tuyo. He de reconocer que mientras lo escribía me acordaba de cuando yo era pequeña, pero no se me ocurrió plantearlo desde tu punto de vista que me ha parecido precioso. Un gran abrazo para un gran padre (porque hablando así de una madre tienes que ser un gran padre)
ResponderEliminarAna
Mi agradecimiento a ti, Ana, por tu comentario de hoy y por el post tan bello que dedicaste a las Madres... que ha sido, a fin de cuentas, el que terminó pariendo al mío.
EliminarPor tanto, doblemente agradecido.
Un fuerte, cordial, admirado, sincero abrazo.
Los pelos como escarpias. Nunca había leído un homenaje así de bello hacia la mujer madre, sobre todo desde esa perspectiva "Ha nacido una madre", esto va mi carpeta de los pequeños tesoros.
ResponderEliminarGracias Jesús, ojalá todos supieran mirar de esa manera a quien tienen al lado.
Besos
Gracias, hermana.
EliminarDe vez en cuando, uno debe de hacer una cura de salud y olvidar tanta política, tanta corrupción y tanta mierda para prestar una mijilla de atención a lo que cada día tenemos al lado, a la gente con la que compartimos tanto y a la que pocas veces sabemos reconocerles al menos el generoso sacrificio de aguantarnos.
Gracias por tus palabras, Inma.
Que bonito Jesús!!!! Como "escritora" y a veces, solo a veces poeta, dedicar un escrito a alguién que se quiere me parece la mejor muestra de amor y cariño. No se bien que decir y mira que es difícil porque tengo un pico de oro, me ha emocionado(y no soy de emoción fácil)
ResponderEliminar, solo acierto a decir que... ME HA ENCANTADO!!!!!
Muchas gracias, Marta.
EliminarComentarios como el tuyo, tambien emocionan y dejan sin palabras, porque te dan fuerzas para seguir escribiendo. Y sobre todo, para pretender siempre intentar hacerlo mejor.
Gracias, de veras, gracias.
Un abrazo.
Qué bonito... Si me ha emocionado a mí no me quiero imaginar a la destinataria. Un besote.
ResponderEliminarYa veremos, ya veremos... La destinataria, a veces, suelta eso de: ¡en vez de perder el tiempo escribiendo ya podías ponerme las barras nuevas de las cortinas del salón, hijooo!
EliminarJajaja.
Gracias por tus palabras, amiga.
Un besote cariñoso.
Madre mía, si es qeu cuando te pones te pones, los pelos de punto se me han puesto! qué emotivo!
ResponderEliminarHas dejado el listón muy alto, eh?
Besos Jesus
Bueno, esto de escribir (todos lo sabemos) tiene como en los toros sus tardes buenas y sus tardes malas. Ese morlaco que es la Inspiración, a veces renquea y a veces si es de buena ganadería te da la mitad del trabajo hecho.
EliminarUn beso, preciosa, y gracias por tu comentario.
Saludos.
Hermosa y emotiva entrada, Jesús. Un regalo para tu mujer, esplendido y al mismo tiempo merecido. Y una lección de escritura para todos nosotros.
ResponderEliminarUn fuerte abrazo.
No hay lecciones de escritura, boina. Aquí el que más y el que menos, tarde o temprano termina emocionándonos o haciéndonos fijar la vista en la pantalla sin parpadear, pensando en el milagro de las palabras... en ese Ser Padres o Madres de una veintena de renglones... que crecen y crecen ante nuestros ojos, con cada comentario que arrastran detrás.
EliminarGracias por tus palabras, Jorge.
Un sincero abrazo.
Ningun emperador romano se hizo acreedor de una corona de laurel con todos sus triunfos como tu lo has hecho desnudando tu alma y mostrar, sin enseñarla, la divinidad de quien comparte contigo los momentos de alegria, de tristeza y de penuria, pero que sabe, como lo hace la madre tierra, sembrar y hacer germinar el alma de un poeta.
ResponderEliminarPoesia y amor es la melodia de quien reconoce una realidad y elegido de Dios el que la disfruta.
Bendita sea esa mujer que es capaz, sin decir nada, de hacer ver a un cuerdo enloquecido que el amor permanece y que cuando se sublima, acaba siendo poesia escrita en el espejo de la vida para que otros, los demas que te leemos, sepamos que eres mas importante de lo que suponiamos.
Gracias por darnos la miel de tu alma que muchas veces tratas de enconder, pero que al ser tanta, gotea del panal de tu vida.
Amigo Raul: también grandes generales romanos, celebrando triunfos, llevaban al lado un acólito que les susurraba en la oreja "recuerda que eres mortal, recuerda que eres mortal". Ya sabes, para que no se endiosaran demasiado.
EliminarLeyendo tus comentarios, voy a tener que buscarme a un amigo que esté parado o aburrido para que venga a mi vera y me recuerde lo mismo cada dos por tres.
Agradezco tus comentarios por lo que valen, porque sé que son sinceros. Pero a más de ello, Raul, agradezco tus comentarios porque tienen un sello muy personal: porque comentas como quien escribe un poema; comentas con una prosa tan envidiable que dudo a veces si no crear un blog solamente con tus comentarios...
Gracias a ti, Raul. Gracias por tus comentarios tanto como por haberme brindado tu amistad tan gentil y generosamente.
Con respecto a los problemas que tienes para publicar en tu propio blog, voy a ponerme en contacto con algunos blogueros que tienen más ideas del tema que tú y yo juntos. Y si no bastara, haré una entrada de SOS para que algunos de mis lectores se pongan en contacto conmigo y a través de mí contigo. Tu blog no va a perderse. Cuanto has escrito y cuanto escribas (y sigue escribiendo aunque sea a mi correo, que yo lo guardaré todo) seguirá ahí, en medio de la blogosfera, como un faro... Como el faro que yo un día encontré y a cuya luz sigo encomendando mis naves.
Un abrazo, viejo maño.
Un abrazo, mi amigo.
Hola, vengo del blog de Amelia, y mira, solo puedo decir guauuu, guauuu jejejeeje, y es de admiración, alucinante la entrada, que hermosas letras y que hermosa manera de escribirlas, me ha encantado, me ha emocionado y bueno, tenía que pasar por aquí a decírtelo también.
ResponderEliminarUn besazo, me hago seguidora.
Gracias a nuestra común amiga Amelia, ante todo, por compartir un artículo mío que tiene el "mérito" de ser sincero.
EliminarY pongo entre comillas "mérito" porque soy una persona a la que cuesta mucho trabajo escribir de sí misma. De hecho -y no pretendo desanimar- el encanto que le encuentro a escribir es meterme en la piel de otro ser ajeno a mí.
Sí, en verdad que cuanto he escrito en este post lo he sentido porque lo he vivido.
Pero personamente no le doy otro mérito que el haber reconocido algo muy obvio y que pocas veces se reconoce: a la mujer que tenemos al lado.
O a la persona que tenemos al lado.
A esa persona a la que pocas veces, le dedicamos un artículo...
Gracias por tu visita. Gracias por tu comentario. Gracias por tus palabras.
Ni que decir tengo que si mi artículo te ha gustado, comentarios como el tuyo me empujan a seguir adelante.
Gracias y un afectuoso saludo.
Buenas tardes Jesús, vengo de la mano del blog nuestra común compañera bloguera Amelia, y tras leer su post, he decidido poner rumbo con mi “Barco de papel” a este otro puerto, su casa, “De mil humores”, y felicitarle por su hermosa reflexión y dedicatoria a “esa muchacha,” (tal como se expresa en sus letras)… “Esa muchacha que en la cama de un hospital le tendió los brazos:” y le dijo“ hemos traído una niña preciosa”.
ResponderEliminarNació una madre, y también un padre…Y alrededor del nuevo miembro de la familia “TODOS SON POCO MÁS MADRES, MÁS PADRES”
De seguro habrá dibujado con este texto más de una sonrisa… en el rostro de toda mujer
Un abrazo
Llevas razón en todo, compañera.
Eliminar¿Sabes? Como comento más arriba, tengo una manera de escribir ciertamente "profesional". ¡Ojo! No en el sentido de que escriba mejor o peor (cada uno tiene su estilo y cada estilo nos hace únicos), sino "profesional" en el sentido de que pocas veces escribo sobre mí mismo.
Casi todo en este blog es inventado.
Pero el artículo que hoy nos conscierne, ha sido algo que he escrito muy sinceramente. Es de las pocas veces que no ha escrito el "profesional", sino Yo.
Yo. El Hombre. El Padre. El Esposo.
Y mi hija crece... como todos los hijos... y me he dado cuenta a la vez de que una Mujer se hace Madre con la misma rapidez conque crece un hijo.
Era un tema muy bonito como para no sacarle partido.
Gracias por venir acá y comentarlo.
Gracias porque, como siempre digo, un artículo de un blog no lo acaba quien lo escribe sino quien lo comenta.
Cada punto y cada coma de este post, me ha salido del corazón.
Y que llegues a apreciarlo, me emociona tanto como haberlo escrito y haberlo vivido.
Gracias a ti.
Un abrazo.
Querido, eso es precisamente lo que emociona, que se nota que está escrito con el corazón.
EliminarSí, a veces todavía nos queda algo de humanos dentro. Son esas "pequeñas cosas..." de que nos hablaba Serrat. Saludos. Y gracias.
EliminarHola Jesús de nuevo ando por aquí!!
ResponderEliminarEspero la entrada de hoy!! jejeje que no es broma, no te estreses...
Solo paso porque me gustaría que cuando puedas, echases un vistazo a mi blog.
Ya me diras!
Un abrazo!!
Me paso por él en breve, cielo. No te preocupes. Siempre siento curiosidad por conocer un poco a quien me visita. Es una manera de encontrar sitios nuevos que muchas veces nos sorprenden.
EliminarUn abrazo.
Precioso.
ResponderEliminarPrecioso.
Muchas gracias, amiga.
EliminarUn placer y una gran satisfacción que te haya gustado.
Besotes.
Qué bonito articulo Jesús. Espero que de la primera a la última letra sea biográfico, que lo sientas como lo has escrito. Me gusta además que resaltes a esa Madre porque encierra mucha belleza nacer a la vida desde la maternidad, y más hermoso es que un hombre aprecie esto.
ResponderEliminarBesos
Todo cuanto escribimos es biográfico, amiga, y en cualquier personaje o cualquier situación que inventemos no podemos evitar dejar impregnado mucho de nuestros sentimientos.
EliminarSí... quizás haya cosas más biográficas que otras y quizás esto que has leído sea una de ellas.
Gracias por tus bellas y amables palabras.
He visitado tu blog: vuelve pronto.
Un beso.
Enhorabuena por este maravilloso post. Vengo de leerte en el blog de Amelia y no he podido ni querido evitar venir a decirte unas palabras.
ResponderEliminarDe repente me he descubierto con la cara llena de lágrimas, leyendo algo tan bonito. Me muevo entre mamás y papás a diario, y te aseguro que no es fácil encontrar a papás que sepan encajar y valorar tan bien la maternidad de sus parejas, sus acompañantes, sus amigas...
De paso me he dado una vuelta por aquí, y he decidido quedarme por aquí de seguidora, porque me ha encantado lo que he leído. Así que por aquí nos veremos y leeremos.
De nuevo enhorabuena por tu post y por tu blog.
Un abrazo.
Agradezco muy sinceramente las bellas palabras que me dejas.
EliminarMe emotiva -tanto como a ti mi artículo- un comentario como el tuyo, tan amable y tan dulce.
Creo que la mayoría de los padres (o deseo creerlo) sí saben encajar la maternidad de sus parejas: en todo caso, el único error sería no hacérselo saber, sea escribiéndolo o sea susurrándoselo al oído.
Yo, de todas maneras, he tardado en hacerlo... Pero ahí queda.
Muchas gracias, amiga. Siéntete en este blog como en tu casa y admite mi sincera amistad.
Saludos.
Hola Jesús. Solo decirte que pocas, muy pocas veces he leído un escrito tan bello y lleno de sentimientos como el tuyo hacia una nueva madre. Has puesto en boca de los menos afortunados dialécticamente hablando todo cuanto hubiésemos querido decirles mil veces a nuestras parejas el resto de nosotros. Pero parece que la ternura y el ingenio sabe muy bien donde instalar su nido. Con tu permiso le he enseñado a mi pareja este maravilloso post y me he permitido guardarlo en una carpeta para que no se me olvide echando un vistazo de vez en cuando lo hermoso que es tener esa sensibilidad que te hace crecer como hombre. Es bueno Jesús, que existan escritores capaces de redactar estas vivencias, es bueno (como no) que exista gente como tu. Atentamente mi admiración y mi abrazo.
ResponderEliminar¿Y qué puedo responderte...?
EliminarPorque en verdad que con comentarios como el tuyo, siento la necesidad imperiosa de intentar desgranar en un artículo lo que se siente cuando alguien aprecia, admira, siente o comparte lo que uno escribe.
Porque en cierta medida, con comentarios así uno se siente Padre... Padre de unas líneas. Padre de unas letras que forman frases y de unas frases separadas por comas y puntos o signos de admiración.
La verdad... La verdad te confieso que nunca me ha dado más miedo una hoja en blanco que cuando tengo que responder a un comentario como el que me dejas.
Eso que dices de "menos afortunados dialécticamente" es lo poco que no comparto. A veces, si de ello se infiere que escribo con cierta corrección, a veces lo hubiera cambiado por saber besar, hablar, susurrar o decir lo que siento con la mitad de la emotividad que se me achaca... y en su momento.
Soy de los que piensan que escribir es crear lo que nunca leíste. O decir lo que nunca dijiste. O soltar lo que alguna vez te atragantó... Pero siempre a destiempo. Siempre caminando con un lápiz y un papel en blanco detrás de tu propia sombra.
Un abrazo.
Tu comentario -supongo que porque todo en la vida es un toma y daca-, me ha emocionado.
Gracias a ti.
Hola Jesús. Solo decirte que pocas, muy pocas veces he leído un escrito tan bello y lleno de sentimientos como el tuyo hacia una nueva madre. Has puesto en boca de los menos afortunados dialécticamente hablando todo cuanto hubiésemos querido decirles mil veces a nuestras parejas el resto de nosotros. Pero parece que la ternura y el ingenio sabe muy bien donde instalar su nido. Con tu permiso le he enseñado a mi pareja este maravilloso post y me he permitido guardarlo en una carpeta para que no se me olvide echando un vistazo de vez en cuando lo hermoso que es tener esa sensibilidad que te hace crecer como hombre. Es bueno Jesús, que existan escritores capaces de redactar estas vivencias, es bueno (como no) que exista gente como tu. Atentamente mi admiración y mi abrazo.
ResponderEliminarJaja.
EliminarQué gracia. La primera vez que me pasa.
Dos Karras diciendo lo mismo.
Pues nada: leer arriba.
Abrazos.
Lo siento Jesús parece que estoy algo tartaja del dedo índice, luego no supe como borrarlo. Un abrazo.
ResponderEliminarJaja. Abrazos.
EliminarUnas palabras brutales!! Saludos. http://universovarietes.blogspot.com.es/2013/01/mi-semana-de-lolita-demi-moore.html
ResponderEliminarUn comentario sucinto, pero intuyo que sincero.
EliminarUn placer verte por aquí. Gracias.
Y por supuesto, me paso a visitarte.
Un abrazo.
Tu escrito es un canto dulce y hermoso a la esencia de nuestras vidas, parte fundamental de nuestro paso por este mundo. Fue un placer hallarte y una bella experiencia leerte.
ResponderEliminarGracias por compartir tan gratas letras. Un saludo.
Gracias a ti, Jorge, por tan hermoso comentario. Te envío asímismo un fuerte abrazo. Encantado de conocerte.
EliminarHola
ResponderEliminarMe gustaría que supieses que llevo desde el viernes con las narices metidas dentro de tu blog jajaja. Yo, que siempre he defendido que la frialdad de una pantalla no puede competir con la calidez del papel, ahí me tienes todas las tardes compartiendo tus historias, algunas cercanas y otras más distantes de mi personalidad.
Pero me he visto a mi misma metiendo barriguilla en la playa, contestando las preguntas incomodas de mis hijas o defendiendo a mi familia con uñas y dientes.
Tienes el poder de transmitir lo cercano, y eso cautiva al lector. Mi más sincera enhorabuena.
Pdta. No sé si me has hecho un bien, porque mi mamotreto de 1097 páginas lleva seis días abandonado en mi habitación, y la curiosidad por los textos que recomiendas de tus amigos me van a llevar a serle infiel nuevamente.
Un saludo!
Gracias, Gemma, por dejar aquí tu comentario. Es lo que te dije. Me gustó tanto leerlo, que no quería que se perdiera. Y aquí, en mi blog (blog de todos) está ya a buen recaudo.
EliminarEres muy amable y bueno... Yo que presumo de manejar o encajar palabras, a veces con comentarios como el tuyo me siento un tarugo escribiendo, porque no sé bien qué responder.
Solamente puedo darte mi agradecimiento e intentar hacerlo mejor cada día.
No me dejes el mamotreto ese de 1097 páginas. Léete, al menos, las siete últimas.
Un beso, cielo.